El ácido láctico se ha utilizado desde la época de Cleopatra, quien se bañaba en leche fermentada-agria rica en ácido láctico.
Ese era su secreto de belleza, tan comentado en su tiempo y en el nuestro. En algunos escritos se dice que era leche de burra, pero se ha descubierto que en verdad era leche de cabra cuyas moléculas (las contenidas en la lactosa que es el azúcar de la leche) y el tamaño de la proteína, al ser más pequeñas, penetran con facilidad en la piel, cosa que no ocurre con otros tipos de leches.
Así que si un día quieres darte un baño de leche,
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